7 Consejos para conciliar la vida laboral y familiar
El trabajo, los hijos, la casa y otras obligaciones hacen que a veces no se sepa qué cosas tienen más importancia, a cuáles dedicar más tiempo o por dónde empezar. Para conciliar la vida laboral y la familia es necesario priorizar y planificar.
Muchas madres y padres de familia sienten que no pasan suficiente tiempo con sus hijos o que no abarcan todas las tareas que quieren hacer. Desde la web HacerFamilia.com recomiendan siete consejos a tener en cuenta a la hora de conciliar la familia y el trabajo, ya que en ocasiones no es una tarea fácil.
1. Planificarse: el primer paso es tener claro qué tareas se tienen por delante. Se puede escribir una lista para organizarse y decidir el orden de importancia y tiempo de cada tarea. Conociendo las tareas pendientes se podrá dosificar el esfuerzo y los recursos de una manera más eficiente.
2. Priorizar tareas: para dar un orden de importancia a cada una de ellas, es necesario diferenciar entre tres tipos de tareas: las imprescindibles (prioritarias u obligatorias, como ir al trabajo o al médico), las deseables (no estrictamente necesarias, como organizar una comida con los amigos), y las innecesarias (aquellas que aportan un beneficio muy pequeño y a veces una complicación añadida al día a día).
3. Hacer antes lo importante que lo urgente: hay cuestiones que se han convertido en urgentes pero que en realidad no lo son. Son tareas deseables que se han convertido en imprescindibles. Estas cosas urgentes pueden impedir distinguirlas de otras tareas que requieren fecha y hora de entrega, dejándolas para el final. En este sentido, es necesario recordar que merece la pena disfrutar de algunas cosas importantes y relegar algunas cosas que parecían urgentes.
4. Pedir ayuda, delegar: a veces, abarcar todo es imposible, por lo que es necesario pedir ayuda. Esta labor requiere humildad, confianza y autoconfianza. Delegar en otra persona alguna de las tareas del día a día será una forma de enfrentarse a la sobrecarga de tareas.
5. Renunciar a la perfección: a veces no solo se quiere abarcar todo, sino que además se pretende hacerlo de forma perfecta. Cuando una persona tiene sobrecarga de tareas, seguramente sea porque se empeñe en hacerlo todo al máximo nivel. Sin embargo, a veces, por conseguir hacer de 10 una tarea, todas las demás no salen tan bien.
6. Eliminar el sentimiento de culpa: si se ha incumplido un objetivo o se ha fracasado en una tarea, hacer una autocrítica -no demasiado dura- ayuda a aceptar la situación, y repasar si los objetivos eran inalcanzables. Los objetivos incumplidos son parte del día a día.
7. Ser felices: el primer objetivo del día a día debe ser la felicidad. La calidad de vida y la salud no deben quedar relegadas a un segundo plano. Las tareas son un medio para hacer la vida más cómoda, y por tanto, acercarse a la felicidad.
Fuente: www.hacerfamilia.com