Año nuevo, ¿trabajo nuevo?

Sofía Riesco

Con el nuevo año se plantean nuevos propósitos, desafíos y oportunidades. Uno de ellos será encontrar un empleo o cambiar el actual. Desde la Comunidad Laboral Trabajando.com-Universia recopilan unos consejos para dar este paso.

imagen Año nuevo, ¿trabajo nuevo?

Con 2015 comienza la planificación de un nuevo calendario con nuevas metas y nuevos objetivos. Además, es necesario realizar un balance, un análisis de lo que se ha logrado y de las proyecciones para los próximos 12 meses que se avecinan. Para muchos es el momento de hacer una autoevaluación: determinar qué has logrado, qué no has podido hacer y tus nuevos desafíos para este año.

Analizar los aciertos y fracasos del 2014 de manera crítica permite mirar la realidad objetivamente, logrando un balance que será útil para planificar un futuro provechoso. Al comenzar el 2015, se suele reflexionar sobre los cambios que se producirán tanto a nivel personal como en materia económica y laboral. Lo importante es no poner metas inabarcables. Establecer cuáles son las prioridades es la clave para lograr ser más efectivo.

Para algunos, sin duda, uno de los principales anhelos será encontrar un empleo, o simplemente cambiar el actual. En una encuesta realizada en septiembre de 2014 por la Comunidad Laboral Trabajando.com - Universia a más de 2.100 personas, el 65% señaló no sentirse feliz con su trabajo. Para todos ellos este es el momento de evaluar su situación y buscar nuevas oportunidades que permitan aumentar su satisfacción personal y laboral.

Pero, ¿qué hay que tener en cuenta antes de decidir buscar o cambiar de trabajo?
Si crees que ha llegado el momento de cambiar de aires, lo primero que debes tener en cuenta es la razón de esta decisión. Por ejemplo, el ambiente laboral, horarios, bonos, beneficios de salud, posibilidad de desarrollo profesional, entre otros.

En ocasiones las razones que impulsan a tomar esta decisión puede deberse a arrebatos puntuales o temas personales que no tienen relación con el trabajo. Sea cual sea el motivo, es importante analizar fríamente la situación. Si se debe a un problema personal, que no tiene nada que ver con nuestra desilusión en el empleo, o incluso por algún conflicto puntual que podría arreglarse hablándolo con la persona indicada.

Además de analizar aspectos personales, también es necesario considerar aquellos externos, como la situación compleja que atraviesa la economía mundial y lo difícil que es encontrar un nuevo empleo, arriesgando dejar un puesto estable sin tener nada seguro. La experiencia indica que es más fácil encontrar trabajo cuando ya estás en uno, que cuando estás cesante, porque sigues adquiriendo experiencia y actualizando tu currículum vitae.

Por otra parte, sí que hay aspectos que pueden respaldar una decisión tan importante como cambiar de empleo, por ejemplo, la incapacidad de desarrollarse profesionalmente, el que no se respeten ciertos acuerdos de contrato como honorarios, horarios, entre otros factores.

También hay ocasiones en que la tarea que llevamos a cabo ya no resulta interesante y se aleja mucho de lo que se estudió o de lo que elegiste para trabajar. En estos casos es mejor evaluar los pros y contras de cambiar de trabajo porque, como se ha mencionado, siempre hay que tener en cuenta que lo nuevo trae consigo un riesgo.

Fuente: Departamento de Marketing y Comunicación de Trabajando.com

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