Las claves para disminuir el estrés en vacaciones
Un experto en Psicología de la Universidad CEU San Pablo aclara los síntomas del ‘síndrome del ejecutivo’ y del ‘tecnoestrés’. Tomar vacaciones 14 días seguidos, quitarse el reloj o dormir una siesta diaria de 30 minutos son algunas recomendaciones para evitar el estrés.
El profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo Fernando Miralles afirma que las situaciones de estrés que sufren algunas personas en verano, como el ‘síndrome del ejecutivo’ y el ‘tecnoestrés’ pueden dificultar el descanso propio de las vacaciones.
Entre los profesionales, los problemas de ansiedad y estrés, dan como primer rasgo significativo la pereza o miedo a abandonar su puesto de trabajo. Se puede tratar del ‘síndrome del ejecutivo’. La crisis y los nuevos teléfonos inteligentes pueden agravar dicho síndrome. Además, la crisis económica también puede incrementar esta situación: muchas personas sienten incertidumbre al no saber qué está pasando en todo momento en su empresa y perciben las vacaciones como un problema al que hay que enfrentarse todos los años.
El síndrome del ejecutivo
Normalmente, las personas que lo sufren, tienen un elevado grado de superación y perfeccionismo, les cuesta mucho irse de vacaciones y las organizan en el último momento. También les da miedo ausentarse de su puesto de trabajo por si no son tan imprescindibles como ellos creen, y no confían en que nadie haga un buen trabajo, ya que durante el año no han delegado ninguna responsabilidad.
Estas personas, al estar de vacaciones pueden buscar actividades estresantes, creyendo que así podrán disminuir la ansiedad acumulada durante todo el año. Además, es característico que en las reuniones con amigos y familiares, su única conversación trate de su profesión, sus logros y metas profesionales, así como del nivel económico que disfruta su familia gracias a su trabajo. También pueden sufrir otros problemas como hipertensión, dermatitis, colesterol alto, trastornos digestivos, psoriasis, etc.
El profesor afirma que en los últimos años ha habido un cambio de procedimiento en estas personas, ya que antes estaban hablando todo el día por su teléfono móvil, mientras que desde que se extendió el uso de los ‘teléfonos inteligentes’ están recibiendo y contestando correos electrónicos en todo momento, incapacitándoles para seguir una conversación normal en reuniones de amigos o familiares. Miralles advierte del uso de las redes sociales y el “WhatsApp", que incrementa los niveles de ansiedad en personas que no saben utilizarlo debidamente.
Este problema de estrés ya ha sido estudiado en varias ocasiones, y las propias empresas se han puesto “manos a la obra" para que sus trabajadores no lo sufran. Así, las propias empresas imparten cursos para poder disminuir el estrés, contratan centros telefónicos en los que sus trabajadores pueden recurrir a hablar con psicólogos, etc.
El tecnoestrés de los jóvenes
Por lo que respecta a los más jóvenes, pese a que normalmente no tienen ansiedad provocada por el puesto de trabajo o los estudios, se están dando cada vez más casos de ‘tecnoestrés’ o adicción psicológica al uso de tecnología, como por ejemplo los teléfonos móviles.
A este respecto, el doctor Miralles alerta de la importancia que puede provocar a los jóvenes, poder salir de casa sin llevar el teléfono móvil. Varios jóvenes que están en su consulta de Psicología Clínica, cuando están con un grupo de amigos, están comunicándose por WhatsApp con otros amigos, mientras que cuando está con los otros amigos, se comunican con este primer grupo. Es decir, que se olvida un elemento tan importante como la “convivencia personalizada", pasando a tener una “convivencia whatsappeada" y perdiendo el factor humano.
Además de este problema de falta de convivencia, se están dando otros como que los jóvenes no sepan hablar en público ni en privado con sus amigos o personas mayores. Por lo que Miralles que insiste en la importancia de prescindir en ciertos momentos del día del teléfono móvil para que el joven experimente el mundo real y no el mundo virtual.
Las claves para desconectar
Insiste Miralles que en muchos campamentos de verano, al llegar los jóvenes, se les obliga a deshacerse de su móvil, y se les devuelve unas tres horas cada semana de estancia.
Aunque en materia de familia no hay soluciones “mágicas", el profesor Fernando Miralles recomienda:
• Tomar unos 14 días seguidos de vacaciones para desconectar del puesto de trabajo.
• Hacer todos los días un mínimo de 15 minutos de gimnasia como andar rápido, nadar, etc.
• Quitarse el reloj (y no hacer trampas mirando la hora en el teléfono móvil) para adaptar nuestras actividades diarias al reloj biológico. Es decir, despertarse y acostarse cuando apetezca, comer cuando se tenga hambre, etc.
• Dormir una siesta diaria de unos 30 minutos.
• Excepto si esperamos una noticia importantísima, conectar el teléfono móvil sólo una o dos veces al día y contestar a los correos y llamadas verdaderamente urgentes e importantes.
• No ingerir gran cantidad de alcohol ni hacer comidas copiosas.