Los cambios que incorporan las nuevas formas de trabajo

Sonia Pascual

`Las nuevas formas de trabajo flexibles no van a eliminar la oficina, pero están revolucionando su diseño´.

¿Las nuevas formas de trabajo flexible, como el teletrabajo, significan la desaparición paulatina de la oficina? No, según ha manifestado el director comercial de Ofita, Martín López, durante la jornada “Oficinas Rethink", organizada por el Grupo Vía, para analizar con arquitectos la transformación que están experimentando los espacios de oficina por la evolución tecnológica y los cambios en las culturas y estructuras empresariales más flexibles y descentralizadas.

En opinión de Martín López, es “innegable" que el trabajo flexible es una nueva manera de entender la relación trabajador/empresa cada día más extendida, pero también asegura que las personas necesitan la oficina como punto de encuentro, relación e intercambio, y que las empresas, por su parte, necesitan un entorno para la cohesión, identidad de marca y compromiso de sus equipos.

Han cambiado las culturas empresariales, y las tecnologías móviles nos permiten trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento. “La tecnología ha pulverizado muchos de los principales valores de antaño (puntualidad, orden, regularidad, jerarquía) para dejar paso a organizaciones en las que el acceso a la información se ha democratizado; con empelados que necesitan contar con diferentes entornos dentro de su lugar de trabajo; en las que se prefiere transmitir valores relacionados con la comunicación, interacción, transparencia y autonomía en vez de jerarquía y poder, y que no requieren de empleados que coincidan en el mismo espacio al mismo tiempo".

Afirma Martín López que la gran revolución ha llegado de la mano de las tecnologías, “hasta el punto que la línea de separación entre la oficina y otros espacios públicos se ha visto no sólo superada, sino que incluso en algunos colectivos ha desaparecido".

En su opinión, las nuevas formas de trabajo no van a eliminar la oficina, “ni mucho menos", pero sí es cierto que están revolucionando su diseño. Por ejemplo, con puestos no territoriales.
Los empleados no tienen un puesto determinado, sino que se les asigna uno cuando acuden a ella según la tipología de puesto que necesiten y la disponibilidad que haya en ese momento".

El modelo cambia, y no sólo a nivel del número de puestos de trabajo o de su tamaño. Los estilos de trabajo flexible requieren espacios diferentes, con nuevos objetivos, como la necesidad de favorecer el trabajo en equipo y la relación personal, en espacios colaborativos.

Mientras el número de despachos disminuye, las zonas de interacción son los espacios que más se están demandando en los diseños de las oficinas del siglo XXI.

Martín López se ha referido a dos tipos de zonas comunes. Por una parte, los espacios de trabajo en grupo, “que suelen ser flexibles y adaptables, y varían según las necesidades de cada momento". “Muchas empresas optaron por implantar este tipo de puestos de trabajo por el ahorro asociado a la reducción del espacio, pero lo cierto que ese tipo de configuración también ha arrojado beneficios inesperados, desde un incentivo de colaboración entre empleados a la reducción del correo interno o el aumento de la creatividad", explica.

Y, por otra parte, los espacios de comunicación informal o de valor añadido, que en estos momentos son los que más auge están experimentando. “Es decir, los espacios de trabajo se han socializado, con una u otra tipología. Y además, esos espacios son cada día más atractivos para motivar y retener a un talento cada vez más exigente". En su opinión, cada proyecto requiere una gestión del cambio a medida de cada organización, personalizada.

En esta jornada han participado otros ponentes, pertenecientes a diversos estudios de arquitectura, que en sus intervenciones han expuesto algunos de sus proyectos realizados en el área de oficinas, como las sedes del Banco Popular en Madrid, la Fundación Botín, Jazztel, BBVA e Iberia, entre otros.

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